Una llamativa casa con techo rojo en Maui se ha convertido en una sensación viral por su milagrosa supervivencia en medio de los furiosos incendios forestales, lo que llevó a la propietaria a arrojar luz sobre los detalles sutiles pero críticos que, según ella, jugaron un papel en su estado intacto mientras el vecindario se convertía en cenizas.

Impresionantes imágenes aéreas de la propiedad intacta se extendieron como un reguero de pólvora la semana pasada, dando lugar a algunas teorías de conspiración descabelladas que sugerían que la devastación local era el resultado de un ataque láser espacial dirigido.

Sin embargo, Dora Atwater Millikin, la propietaria, atribuye la supervivencia de la casa a una serie de cambios rutinarios realizados durante una renovación reciente, ninguno de los cuales tenía la intención de proteger contra un evento tan catastrófico.

“La casa es 100% de madera, así que no es como si la hubiéramos protegido contra incendios ni nada parecido”, compartió Millikin, pintora de paisajes, con el diario Los Angeles Times.

Durante la renovación, Millikin y su esposo, Dudley, un administrador de cartera jubilado, no tenían ni idea de los incendios forestales que se avecinaban. Su enfoque estaba en restaurar la antigua casa de contadores de 100 años de antigüedad que han tenido durante tres años, impulsados ​​por un amor por la arquitectura histórica en lugar de la preparación para desastres.

“Nos encantan los edificios antiguos, así que solo queríamos honrar el edificio”, explicó Millikin. “Y no modificamos el edificio de ninguna manera, simplemente lo restauramos”.

Una decisión inesperada que podría haber contribuido a la supervivencia de la casa fue reemplazar el techo de asfalto tradicional por uno de metal de gran espesor. Si bien esta alteración no fue impulsada por la resistencia al fuego, resultó ser un cambio radical.

Millikin se enteró de que durante el incendio, “pedazos de madera, algunos de hasta 15 o 30 centímetros de largo, se incendiaron y parecían flotar en el aire debido al viento”. Estos proyectiles ardientes podían incendiar los techos al impactar, pero el techo de metal actuó como una barrera formidable contra tales amenazas.

Otro golpe de suerte llegó con sus elecciones de jardinería. Si bien la intención de la pareja era defenderse de las termitas, sus acciones se alinearon inadvertidamente con las recomendaciones de los expertos para proteger las casas de los incendios forestales. El área alrededor de la casa estaba revestida de piedras hasta la línea de goteo del techo y se eliminó el follaje inflamable cerca de las paredes exteriores.

Susie Kocher, asesora forestal de la Extensión Cooperativa de la Universidad de California, elogió sus esfuerzos. Señaló que mantener los arbustos y matorrales inflamables lejos de una casa es crucial para evitar la ignición de las brasas, que puede provocar una cascada de destrucción.

La ubicación estratégica de la casa también jugó un papel en su supervivencia. La propiedad, situada en tres de sus lados junto al océano, una carretera y un terreno vacío, estaba protegida de las principales fuentes de combustible para el fuego.

Aunque la casa tenía rociadores, los cortes de energía durante la crisis los dejaron inutilizables. No obstante, se retiraron los materiales combustibles del área debajo de la cubierta que daba al océano.

Según Kocher, las brasas, en lugar de los muros de llamas, suelen ser las instigadoras de los incendios domésticos. Sin embargo, esta comprensión sigue siendo esquiva para muchos, lo que da lugar a teorías conspirativas y rumores equivocados.

Mientras Millikin y su esposo se preparan para regresar a Maui, sus planes se extienden más allá de su propia recuperación. Están comprometidos a ayudar a sus vecinos, que se quedaron sin hogar por los incendios, y enfatizan la importancia de la solidaridad comunitaria frente a la adversidad.

“Perdimos vecinos en esto, y los vecinos perdieron todo”, enfatizó Millikin. “En momentos como estos, debemos cuidarnos unos a otros y reconstruir. Es un esfuerzo colectivo reconstruir lo que se ha perdido”.