
En una increíble historia de recuperación y resiliencia, una mujer desafió todos los pronósticos para recuperar su capacidad de caminar después de sufrir un derrame cerebral paralizante en la columna vertebral. Riona Kelly, una mujer de 37 años de Halifax, Yorkshire, se enfrentó a la devastadora perspectiva de no volver a caminar después de que su vida diera un giro repentino y trágico en marzo de 2015.
Cuando la llevaron de urgencia al hospital, se enfrentó a la dura realidad de sus nuevas limitaciones físicas, con las piernas paralizadas de la cintura para abajo. Lo que debería haber sido un momento de máxima necesidad y apoyo se convirtió en un momento de angustia cuando su esposo decidió terminar su matrimonio solo cinco días después de su estadía en el hospital.
“Me sentía miserable en mi matrimonio, pero habíamos construido una vida juntos y teníamos responsabilidades”, recuerda Riona, destacando el abandono repentino cuando más necesitaba a su esposo.
El pronóstico inicial de los médicos fue sombrío: sugería que tal vez nunca recuperaría la capacidad de caminar. Mientras Riona se enfrentaba al difícil proceso de adaptación a la vida en silla de ruedas, admitió que luchaba contra pensamientos de desesperación y desesperanza. Experimentó un profundo deseo de no seguir viviendo.
Sin embargo, la resiliencia del espíritu humano prevaleció y Riona se embarcó en un notable viaje de recuperación. Con la ayuda de incontables horas de fisioterapia y una determinación inquebrantable, logró un gran avance. A pesar de las adversidades y de su parálisis inicial, dio sus primeros pasos en una barra paralela, un triunfo emocional.
Su médico, sorprendido por su progreso, se sorprendió de que hubiera desafiado el terrible pronóstico. Con dedicación diaria y un incansable fortalecimiento, el viaje de Riona continuó. Después de cuatro meses en el hospital, finalmente le permitieron regresar a casa, aunque el proceso de subir y bajar 16 escalones todavía presentaba un desafío formidable. Pero su determinación fue impulsada por su amor por sus hijos y perseveró.
Durante su rehabilitación, Riona se cruzó con Keith Mason, un entrenador personal de 35 años que se convertiría en mucho más que un simple entrenador. Su relación evolucionó a medida que trabajaban juntos en sesiones de fisioterapia y finalmente floreció en amor. Ahora que llevan juntos 11 meses, la pareja ha fusionado sus familias y Riona siente que está viviendo la vida que se merece.
El increíble viaje de Riona continuó, ya que completó dos maratones con la ayuda de su silla de ruedas y logró la capacidad de caminar sin asistencia. Si bien su silla de ruedas todavía le sirve para distancias más largas, Riona está aceptando las nuevas oportunidades de la vida y su nueva fuerza, y atribuye su notable transformación al amor, la determinación y un espíritu indomable.
El exmarido de Riona aclaró que había pedido el divorcio la mañana anterior a su derrame cerebral, no mientras ella estaba en el hospital, y que había seguido apoyándola a ella y a sus hijos tanto como pudo durante ese momento difícil. Desde entonces, cada uno ha seguido construyendo nuevas vidas por separado.